Hace poco hemos empezado a notar que está surgiendo una nueva corriente de teorías que desvían la atención de la relación ingesta / gasto calórico como el principal o único causante directo del aumento de peso en las personas y la enfocan en causas muy variadas, algunas de las cuales caen incluso en la categoría de extravagantes .
Todos estas causas-teoría, que se presentan más bien como factores, están íntimamente relacionadas a la vida moderna y a la evolución de nuestra civilización en el último siglo. Debido a que justamente es en éste período en el que se ha notado el incremento paulatino y persistente en el índice de obesidad en la población, es posible que algunos de éstos factores tengan cierto grado de veracidad. Vamos analizando cada uno de ellos:
Mercadotecnia sigilosa de alimentos chatarra
Ésta teoría propone que las estrategias y planes de mercadotecnia de fabricantes y distribuidores o puntos de venta están maquiavélicamente orquestados y especialmente dirigidos hacia los niños. Un claro ejemplo de ésto es la manera en que están ordenados y acomodados productos de compra impulsiva en las cajas de los supermercados: dulces, chocolates, sodas y frituras al nivel de la vista de los niños, que imponen gran presión de compra sobre sus padres.
Pero, si bien es cierto que los niños son muy susceptibles y poseen un juicio y razonamiento muy pobre frente a la moderna publicidad, llena de colores, alegres personajes y extra-dulces sabores, ¿que acaso no es más bien una responsabilidad de los padres el guiar a sus hijos respecto a cómo tomar sus decisiones sobre su alimentación y estilos de vida?
Aunque la maquinaria de los medios de comunicación sea muy poderosa, es total responsabilidad de los padres orientar a sus hijos en asuntos de cómo aprovechar el tiempo libre. Claro está que no hay pecado en pasar algunos minutos frente a la televisión o el internet todos los días, pero ¿quién en su sano juicio se atrevería a delegar la labor educativa y formadora de sus hijos a un aparato electrónico patrocinado en su totalidad por negocios cuyo único objetivo es el lucro?
Endulzantes Artificiales
Fue desde finales del siglo XIX que se empezaron a sintetizar sustancias químicas endulzantes con la intención de eliminar la carga calórica propia de los carbohidratos simples (azúcares).
No obstante, desde entonces se han ido descubriendo poco a poco los numerosos efectos secundarios y realmente dañinos para la salud que la mayoría de ellos tenían. Algunos son francamente cancerígenos, otros pueden desencadenar reacciones alérgicas o de intolerancia, y muchos tienen un efecto estimulante directamente sobre los centros de saciedad del cerebro; desde hace tiempo ya que se conoce que los azúcares generan un efecto de placer, estimulación y hasta dependencia muy similar al que generan las drogas ilegales, derivado directamente del sabor dulce que poseen.
Así, se genera un ciclo que promueve el consumo de más carbohidratos -y por ende el aumento de peso- en el cual el cerebro es engañado al recibir señales y estímulos falsos de ingesta de carbohidratos dulces, y al no generarse la liberación normal de insulina por no haber carbohidratos reales, el cerebro envía señales de mayor necesidad de carbohidratos.
Químicos que alteran el Sistema Endócrino
Con las economías de escala y la producción en serie de alimentos y productos vino también un aumento increíble de la cantidad de sustancias químicas sintéticas a las cuales estamos expuestos diariamente. La gran mayoría de ellas les dan características importantes a los alimentos o productos que utilizamos, tales como durabilidad, flexibilidad, poder bactericida, resistencia al fuego, resistencia a plagas e inclemencias del tiempo o tiempo de caducidad. Sin embargo, todo esto supone un costo, y uno muy alto: efectos en la salud del consumidor.
Algunas de éstas sustancias poseen estructura química similar a las hormonas humanas, y al estar en contacto con ellas, se llegan a generar efectos que pueden ser desastrosos. Algunas de éstas sstancias incluyen retardantes de fuego, pesticidas, triclosán (ampliamente utilizado y virtualmente presente en todos los jabones líquidos), ftalatos y otros.
Antibióticos y Medicamentos en los Alimentos
Quizás la más controversial de las teorías propuestas, sugiere que el tratamiento de los animales con sustancias químicas y antibióticos con la finalidad de evitar y disminuír la incidencia de enfermedades y al mismo tiempo aumentar la productividad y eficiencia de los mismos a través de la estimulación del crecimiento, tiene también un efecto similar en el ser humano cuando consume éstos animales y su leche.
Sin embargo, el principal problema derivado de éstas estrategias del sector ganadero es que promueven la aparición y el desarrollo de la resistencia bacteriana a antibióticos, un grave problema de salud pública que ya está provocando estragos en los sistemas de salubridad en todo el mundo.
No obstante, los antibióticos y medicamentos son sustancias sumamente frágiles, que tienen rangos de temperatura de almacenamiento muy estrictos, mismos que si no se respetan, quedan desnaturalizados y prácticamente inservibles en la gran mayoría de los casos. Si tomamos en cuenta que el 99% de la carne de ganadería que se consume en el mundo es cocinada a altas temperaturas como parte de su preparación, podemos dar prácticamente por hecho también que la gran mayoría de dichos medicamentos, de estar presentes en la carne, terminan destruidos e inservibles.
Todas éstas teorías nos recuerdan que, aún y cuando algunas de ellas no tengan argumentos de defensa válidos o fuertes, lo mejor siempre es guiarse por el sentido común e intentar siempre apegarse a una dieta y estilo de vida lo más natural y orgánico posible y lo menos inclinado hacia alimentos procesados. La naturaleza es sabia!
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