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EMS: El regreso del “Ejercítese mientras mira TV sentado” o un invento revolucionario?

Desde no hace poco tiempo hemos podido notar el auge de un nuevo sistema de entrenamiento en muchos gimnasios y hogares: la electroestimulación muscular, también conocido comercialmente como EMS, que promete resultados inmediatos y sorprendentes al mejorar el tono y fuerza musculares. La tecnología EMS consiste en aplicar pequeñas descargas eléctricas superficiales sobre la piel en las zonas musculares que se desea entrenar, dando como resultado contracciones musculares muy similares a las que se llevan a cabo cuando se contrae dicho grupo muscular de manera voluntaria, al moverse.

Aunque éstos sistemas no son realmente nuevos, debido a que a finales de los 90’s ya se promocionaban -mediante infomerciales nocturnos- cinturones que prometían tonificar y fortalecer los músculos abdominales mientras el usuario permanecía sentado en el trabajo o miraba TV sin mover un sólo músculo ni esforzarse en lo más mínimo, lo cierto es que ya se había experimentado con la tecnología EMS pocos años después de finalizada la Segunda Guerra Mundial, y se utiliza desde hace mucho tiempo como una parte integral de las terapias de rehabilitación en personas con lesiones principalmente a la médula espinal.

No obstante, los fabricantes y gimnasios presentan dichos sistemas con un toque innovador, ofreciendo al público sesiones de entrenamiento grupales, con equipos inalámbricos, trajes de entrenamiento para el cuerpo completo y dispositivos portátiles, entre otras novedades, razón por la cual en años recientes se ha notado un incremento en la oferta y demanda de éste tipo de servicios y dispositivos.

Como si de cualquier otra innovación se tratase, también ésta se ha tenido que enfrentar al gran dilema: ¿Realmente funciona el EMS? La respuesta no es tan fácil, y de hecho aún no es posible señalar con claridad si el X-Fit, BodyTec, BodyExpress, Slendertone, Compex, SpeedCoach o otras marcas EMS similares son tan efectivos como lo promete.

Athlete squatting with four-channel electrical muscle stimulation machine

Athlete squatting with four-channel electrical muscle stimulation machine

La FDA creó dos categorías para los productos EMS: La primera para aquellos que son prescritos por un médico, para fines terapéuticos, y que únicamente se pueden obtener con una prescripción médica, y la segunda para dispositivos de venta libre (OTC) para tonificación muscular únicamente. Ambas categorías deben estar debidamente certificadas por dicho organismo. Todos los dispositivos disponibles en gimnasios o en venta al público para su uso en el hogar pertenecen a ésta última categoría.

Si bien todos los gimnasios y dispositivos presentan algunos artículos de investigación realizados por profesionales de la salud como evidencia de su efectividad -como naturalmente podría esperarse-, también existen investigaciones independientes realizadas por instituciones ajenas al ambiente empresarial que de igual manera nos proveen de información útil respecto a la utilidad del EMS de acceso al público en general.

Una de ellas es la realizada por la Universidad de Wisconsin-La Crosse, publicada en la revista Journal of Strength and Conditioning Research, misma en la que se estudió el efecto de 8 semanas de entrenamiento con un dispositivo EMS de venta libre en un grupo de personas jóvenes frente a otro grupo en el cual se utilizo un falso dispositivo EMS, equivalente al efecto placebo. Los resultados son sorprendentes, ya que al finalizar las 8 semanas de entrenamiento, no hubo ningún efecto benéfico objetivo -es decir, medible- ni subjetivo -es decir, notado o sentido por la persona-. Las conclusiones de la investigación sugieren que la pobre calidad e ingeniería de los dispositivos de venta libre podrían ser algunas de las causas de su aparentemente nula efectividad en sujetos sanos jóvenes.

Y es que los sistemas EMS son más complicados de lo que parecen: No se trata de una simple descarga eléctrica aplicada sobre la piel, sino de un complejo mecanismo de descargas eléctricas controladas, con un voltaje, intensidad, frecuencia, reposos e incluso contraindicaciones muy específicos, mismos que de no aplicarse correctamente, pueden ser incluso contraproducentes y provocar fatiga.

Quizás lo más sensato, ante la falta de mayor evidencia contundente sobre la efectividad de los sistemas EMS, sea continuar con nuestras rutinas de resistencia y aeróbicas, con nuestras fieles y efectivas mancuernas.